miércoles, 29 de julio de 2009

un LA----------RGO viaje

Desde hace algunas semanas he recorrido una serie de lugares extraños, nuevos y diferentes. Ha sido como una pequeña evolución y hay ciertos aspectos que han cambiado. Como no soy una persona que le agrade caminar en línea recta sino que prefiero ir en espirales, según mi estado de ánimo, en esta ocasión quiero hacer un recuento de lo vivido.

Decidí vivir en las nubes por un tiempo, descubrí un mundo de tibieza y colores claros que me fueron confortables y no quise mirar el suelo ni saber qué me esperaba en aquel lugar. Viví días muy calmados, días de sol, días de arcoiris, días de lluvia, incluso varios días de granizo, sin embargo siempre encontré de donde sostenerme y no me fue necesario pisar tierra. Luego de moldear, experimentar, jugar, cantar y vivir mucho viviendo nada, creí escuchar el primer relámpago. Así fue, se descargó una tormenta fuerte, una bastante larga con luces, sí, pero tristes. Las bombas de tiempo hicieron explosión, poco a poco fui llevada a esa otra dimensión, una dimensión-noche.
En la dimensión-noche permanecí varios días, pero en total oscuridad, no brillaba ni una estrella, no había luna, no había ningún tipo de luz. Solo noche, penumbra, silbidos de tristeza, lágrimas, rezagos de explosiones y alguna que otra rama seca; sin embargo, era imposible prender fuego a causa de la elevada humedad. Caminé por aquella dimensión-noche sin brújula, ignorando si avanzaba o retrocedía, sé que hice ambas cosas, algo dentro me lo dijo. No vi amanecer, de modo que no supe cuánto tiempo transcurrió. Pero llegó un día en que tanta humedad logró atraparme en una nebulosa, tal como un insecto cae en la tela de araña.
Hice mi hogar de aquella nebulosa y decidí adoptar la forma de vida que me ofrecía: vivir sin vivir y caminar sin caminar como alma en pena. Descubrí que muy lejos se encontraba una fuente de luz algo tenue, pero me permitía ver los diversos paisajes de mi nebulosa. Observé que había ambientes tristes, alegres, algo vivos, algo inertes, algunos con más luz que otros, aunque todos grises. Fue un recorrido muy interesante y valioso, era un mundo especial, con vegetación, agua, cerros y un ligero rastro luminoso. Conforme me fui acercando a la luz la nebulosa se fue haciendo menos densa hasta que, de pronto, encontré ESE túnel.
El túnel estaba originalmente oscuro, pero me di cuenta de que me absorbía y cada vez avanzaba a mayor velocidad. Pude ver que llevaba conmigo todo mi mundo aunque todavia sin color, sin sabor, sin olor. Seguí hasta el final y recién en el último tramo me di cuenta de que estaba cayendo. Caí, caí, caí y llegué al suelo... pisé tierra.
Ya en tierra pude ver que era de día, había amanecido en el momento en que caí. Pude reconoger al mundo iluminado, el mundo en color. Pude ver la vida, pude ver que no estaba sola, pude ver que había mucho por recorrer y que nada sería igual que antes. Fui explorando y en un primer momento todo era bonito. Sin embargo, mirando a detalle me di cuenta que era R-E-A-L y que había tristezas y alegrías, bonito y feo, claro y oscuro. Me di cuenta de que era la VIDA.

4 comentarios:

Sonia dijo...

Precioso como lo cuentas.

Sólo puedo decirte ¡Prueba superada!.

ME alegro muchísimo de que hayas salido de la nebulosa y de que VIVAS.

Te deseo mucha felicidad.

Un besazo.

Luni Va dijo...

Gracias Sofía! en realidad se siente bien haber superado esa parte oscura y poder ver todo con claridad.
Un abrazo!

Soñadora dijo...

Luni Va, que hermosa manera tienes de escribir y dejar entrever tu interior, tan lleno de sentimientos y vivencias!
Me alegra mucho que vayas encontrando poco a poco el color, sea que lo sumes o lo restes!
Besitos,

Luni Va dijo...

:) q linda! gracias Soñadora por la atención que prestas y por leer lo que escribo. Un besito!